La báscula: 10 razones por las que usarla empeora tu salud

La báscula es la protagonista principal de las consultas para pérdida de peso. Este instrumento es el encargado de determinar si tu peso corporal es adecuado o no, y asume si estás sano o si no lo estás.

Aquí tienes 10 efectos negativos de la báscula

1- ¿CÓMO TE HACE SENTIR SUBIR A LA BÁSCULA?

Ya solo ese malestar que genera el hecho de subirte, (derivado de todas las creencias marcadas por la cultura de dieta que tenemos sobre el peso, el cuerpo, la belleza, la salud…), van a empezar a suponer efectos negativos, picos de ansiedad y malestar física y mental.

2- AUMENTA LA OBSESIÓN POR EL PESO

El miedo que se nos ha impuesto al aumento peso nos conduce a tratar de controlar los kilos de la báscula mediante la obsesión de pesarnos a diario, incluso varias veces al día.

Ese miedo no es solo ver más kilos, sino miedo a sentir el rechazo de tu entorno, miedo a sentirte juzgadx por ‘’no tener fuerza de voluntad’’, miedo a que se cuestione tu valía personal.

Y en respuesta a ello te subes a la báscula pensando que así podrás controlar todos estos aspectos si no te mueves del peso corporal. Pero el cuerpo no responde así.

3- FAVORECE EL CHEQUEO CORPORAL DE MANERA CONSTANTE, ANALIZANDO CADA PARTE DE TU CUERPO Y SUS DEFECTOS

Nadie es perfectx y siempre habrá algo de ti y de tu cuerpo que no te guste y que querrías cambiar.

Partir del malestar que supone el juicio de subir a la báscula, la ansiedad que desencadena y tu cambio de ánimo implicará que el concepto que tienes sobre ti probablemente no sea positivo ni te sientas a gusto contigo mismx.

Por ello, cualquier defecto de tu cuerpo lo verás mucho más exagerado, provocando un mayor malestar aún, y retroalimentando el círculo de obsesión por cambiar tu cuerpo y tu peso.

4- FAVORECE EL CONTEO CALÓRICO Y REDUCE LA ALIMENTACIÓN A COMER Y GASTAR CALORÍAS

Comer sólo para aportar más o menos calorías a nuestro cuerpo reduce el comer a sólo dar o quitar energía, limitando o retirando el placer o la satisfacción.

El placer es una necesidad básica, como es respirar u orinar, por lo que evitárselo al organismo hará que lo demande con más fuerza y con picos de comer con mucha urgencia alimentos que sean muy placenteros, que habitualmente son los más ricos en azúcares, grasas, etc.

5- CONDUCE A RESTRINGIR ALIMENTOS Y ENERGÍA

Cada mañana al subir a la báscula genera el deseo de ver un número más bajo, y si esto no es así buscamos controlar ese número a través del control de la comida, lo cual es un arma de doble filo.

Puede que te saltes el desayuno, o solo tomes un café solo y ya está, o que comas en un plato de postre y nada de merienda.

Estas medidas nos hacen pensar que ‘’si como menos, mañana pesaré menos’’, y aunque puede que al inicio ocurra, a medida que pasa el tiempo observas que ya no se produce ese cambio, y que incluso puede aumentar algo más el peso, aumentando también la ansiedad, el hambre, los picoteos y las restricciones.

6- HACE CREER QUE PODEMOS TENER CONTROL SOBRE EL PESO Y EL METABOLISMO, LO CUAL NO ES CIERTO

Los puntos anteriores nacen como he comentado antes movidos por el miedo y nos hacen pensar que ‘’podemos controlar nuestro peso, nuestro metabolismo y nuestro hambre’’.

La realidad es que, ante todas estas conductas y limitaciones de ingesta, de placer, de variedad etc., el organismo está programado para sobrevivir y activará mecanismos de compensación que llevará a comer más y/o ‘’guardar mejor la energía que recibe’’, provocando así el famoso efecto rebote. Y estos mecanismos no dependen de ti.

7- PROMUEVE LA ANSIEDAD ANTES, DURANTE Y DESPUÉS DE PESARTE

En consecuencia, a todo ello, esta espiral de ansiedad se presenta desde primera hora, antes de subir por primera vez en el día a la báscula, se acentúa al ver el número sobre ella y se mantiene una vez nos hemos bajado continuando el día con angustia por lo que comeré, lo que no, por el control personal, de las situaciones sociales etc.

8- GENERA CULPA, VERGÜENZA Y FRUSTRACIÓN

Intentar controlar el peso cada día y sentir que algo no estoy haciendo bien, que a pesar de todos los esfuerzos no lo estoy consiguiendo genera frustración y sensación de fracaso.

Además, los picoteos o la ansiedad por la comida aumentan y pensar que no tengo fuerza de voluntad provocará mucha culpa y vergüenza derivada de sentir que ‘’no me puedo controlar’’ o que algo no está bien en mí.

9- AFECTA A TU AUTOESTIMA

Todo ello conduce a una peor salud, física y mental, y, en consecuencia, la autoestima se verá gravemente afectada.

En este rechazo al cuerpo y desarrollo de una baja autoestima también se ve afectada la vida social, la energía para afrontar el día y nuevos desarrollos personales y profesionales, así como la capacidad de disfrutar de la vida.

10- FAVORECE CONDUCTAS DE RIESGO, COMO LAS DIETAS DESEQUIIBRADAS, SALTARSE COMIDAS, COMPENSACIONES…

Gran parte de estos efectos pueden conducir al efecto contrario al deseado y con ello desencadenar conductas insanas con la comida, llegando tener desde una mala relación con la comida y con el cuerpo hasta el desarrollo de enfermedades más graves como es un trastorno de la conducta alimentaria, y las consecuencias tan críticas que tienen para la salud y la calidad de vida.

Quiero recordarte que nada de esto es tu culpa. Estas conductas con la báscula, el miedo generado a engordar y todo lo que se busca hacer para evitarlo, es derivado de la sociedad basada en la cultura de dieta en la que vivimos y que nos ha inculcado teorías erróneas sobre la salud y el peso, y una concepción de éxito y bienestar basada en la gordofobia y la delgadez.

Subir a la báscula no está mal, no es malo, pero el dato que nos aporta no es más relevante que tu estatura o tu talla de pie. La composición corporal es un indicador más que poder conocer al total de mis otros datos, y que pueden contribuir a dar información sobre la salud, pero no es el determinante de la misma, ni de tu valía como persona o indicador de lo que puede hacer o no tu cuerpo.

En conclusión, la relación con la báscula establecida en nuestra cultura de dieta, es decir, una relación basada en el miedo y la obsesión, desencadena esta cascada de efectos sobre la salud y deja una huella profunda, que es lo que realmente puede determinar a medio o largo plazo el auténtico problema de salud de las personas.

Una reeducación sobre la salud, reconciliarnos con el cuerpo, con su forma, comprender su evolución y reeducarnos sobre el papel de la báscula, además de integrar una alimentación saludable para ti como individuo único, es la mejor fórmula para progresar en la mejora de tu salud y sentir bienestar en tu vida.

Si has hecho mil dietas y te sientes identificadx con estos efectos y el control constante del peso, en Nutrición con Perspectiva ofrezco consultas para mejorar tu salud y la relación con la comida. Puedes consultar por aquí:   »Pide cita o contáctame» para más información.

Te recomiendo también leer este artículo de Victoria Lozada, sobre ‘’El peso ideal, ¿existe?’’ si quieres seguir cuestionando estos paradigmas del peso que lleva tanto años sobre nuestros hombros.

Hazte ya con el diario para relacionarte mejor con la comida

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