¿Salutismo o salud? Ambos son conceptos que podrían identificarse como sinónimos, pero son sustancialmente distintos.
Mientras que la salud hace referencia al estado de bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedades (según la OMS), el salutismo se ha convertido en un fenómeno que abarca una mentalidad más obsesiva en torno a la búsqueda de alcanzar la perfección en estos factores de salud y en el culto al cuerpo como medio para obtenerla.
Es decir, el salutismo es el concepto de que si no estás sanx no eres una persona válida. Eleva la salud a una categoría superior, y esta búsqueda constante de una vida absolutamente saludable puede tener consecuencias negativas y llevarnos al polo opuesto al objetivo que tenemos.
Con esta premisa, comer sano, comer comida real, no procesada y cuidar cada detalle el 90% del tiempo, en el afán de no enfermar jamás, te hace ser una persona fuerte, con fuerza de voluntad y moralmente superior, puesto que antepone la salud a cualquier aspecto de disfrute.
Obsesión nunca va de la mano de salud
Esta presión por comer siempre sano puede llevar a la obsesión por alcanzar la perfección en aspectos que (en principio) conducen a tener salud, como es el hecho de alimentarnos.
A menudo surge la presión por ‘’comer saludable’’, lo cual implica:
- Realizar dietas ‘’estrictas’’ y a menudo restrictivas, lo que aleja del bienestar del comer.
- Hipervigilancia en el momento de comer.
- Revisar todas las etiquetas con detalle milimétrico.
- Analizar la carta del restaurante antes de ir a comer con amigos.
- Llevar tu propia comida a casa de tus padres para asegurarte de que es sano.
- Controlar que las raciones no sean excesivas.
- Control constante del peso y del cuerpo, pues este es un marcador de ‘’salud’’ de la cultura de dieta a través del cual se juzga mucho en la sociedad. Por ello, esto ejerce también mucha presión en esta dinámica.
En definitiva, en relación a la comida, lleva a un control sobre los nutrientes y calorías; y en relación al cuerpo, lleva a la búsqueda de un ‘’cuerpo ideal’’ según los estándares de belleza impuestos por la cultura de dieta. Ambos aspectos suponen un estrés muy alto, puede afectar al autoestima y llevar a conductas alimentarias de riesgo, y en consecuencia pérdida de salud global.
Información es poder y hay que ser críticos
La información es poder, pero cómo se comunique esa información puede llevar, o bien al empoderamiento de las personas para que elijan libremente en cada momento según necesiten y quieran; o bien, a dirigir sus elecciones en base al miedo y la culpa.
A menudo se maquilla de autocuidado, pero no es así.
El autocuidado es también el placer y la satisfacción, necesidades básicas del cuerpo que hay que cubrir y cuidar. El disfrutar de ti misma, de la compañía y la comida, pues somos seres biopsicosociales
Sin placer no hay hábito ni salud
Aislarse, no comer con amigos, con la familia por miedo a que te sirvan algo fuera de tus límites de lo sano, no es salud.
El estrés genera enfermedad
Es fundamental que comer no sea un momento angustiante, y poder transitar en la flexibilidad de la alimentación.
Si sientes que has hecho mil dietas y te sientes identificadx con estos efectos y el control constante del peso, en Nutrición con Perspectiva ofrezco consultas para mejorar tu salud y la relación con la comida. Puedes consultar por aquí: »Pide cita o contáctame» para más información.
Puedes ver aquí este vídeo de Ana Arizmendi hablando brevemente sobre este aspecto: ‘’Puedes ver aquí el vídeo’’.